Quedó en manos de estos pervertidos, que reclutan niñas en varias ciudades para explotarlas sexualmente en Bogotá. A una le prometieron que sería cantante.
La red criminal estaba integrada por seis hombres y una mujer que, según la Fiscalía, buscaban a sus víctimas en Santa Rosa de Cabal, La Dorada y Pereira para luego prostituirlas en la capital colombiana.
Alias ‘J’, propietario de la whiskería donde terminaban las niñas, alias ‘Mauricio’ y alias ‘Pacheli’ eran los líderes de la organización. De acuerdo con la investigación, ellos les pedían a alias ‘Alex’, ‘El Turco’ y ‘Caliche’ buscar mujeres hermosas, menores de edad y de escasos recursos.
Una vez las contactaban, les ofrecían trabajos de ensueño, regalos, celulares y hasta motos. Las que aceptaban viajaban con ellos a Bogotá y, ya en el establecimiento, eran forzadas a tener encuentros sexuales, inicialmente, con los mismos delincuentes.
“Uno de los modus operandi es que despojaban a las víctimas del perjuicio, diciéndoles que él ya lo ha hecho con otras menores, que una niña le dio su virginidad, que a otras les ha dado moto, que están superbién. Entonces, hacen ver en las menores de edad está situación completamente natural, normal”, relató la fiscal del caso.
Los bandidos cayeron gracias a un seguimiento de un año por parte de las autoridades, que incluyó interceptaciones telefónicas.
Los investigadores establecieron que a una de las víctimas, que quería ser cantante, le ofrecieron viajar a Corea. No obstante, terminó en el prostíbulo, que funcionaba en la localidad de Chapinero.
“Le dibujaron una propuesta bastante llamativa, señalándole que podía ganar 21 millones de pesos, que le dejaría 5 millones a su familia”, señaló la Fiscalía.
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