Notillano.
Gracias a un confidente, hasta el sitio llegó la Policía Metropolitana, y estableció la clase de aberraciones que se cumplían en la edificación, que estaba dotaba de modernos elementos tecnológicos que permitían a los criminales difundir en directo, cuando lo estimaban conveniente, escenas donde se ejercía el sexo con jovencitas que aún no llegan a los 18 años, y otras más veteranas, la mayoría engañadas cuando se les prometió, honrado trabajo para servir de recepcionistas o modelos.
Las escenas mostraban los desnudos, que desde un comienzo, a la fuerza se obligaba a las niñas a desnudarse y unas vez grabadas se les exigía la continuidad de la tarea obscena, so pena de enviar a la familia y a las redes los videos y fotografías, y ante la intimidación continuaban en la prostitución bajo la constante amenaza de los proxenetas.
“La policía nos ha salvado”, dijo una niña de solo catorce años, que estaba en el ejercicio, y que había ideado escaparse de los antisociales, pero no había podido obtener su liberación, por la vigilancia que ejercían sobre la chica, ya que los verdugos todo lo mantenían bajo estricto control y las vigilaban, para que no fueran a contar a sus padres, o a la autoridad, el drama que estaban viviendo.
Ahora lo importante es que las chicas fueron liberadas, sus padres han conocido la situación, los proxenetas serán puestos a buen recaudo y responderán ante la Justicia por sus actuaciones y la Policía Metropolitana se ha ganado un nuevo galardón como reconocimiento a la operación realizada en la capital del Meta.
