Por John Álvarez.
Aquel policía que está en la calle aguantando sol, lluvia, malos tratos e improperios de algunos sectores de la comunidad, e incluso de la misma ley teniendo en cuenta que esta es extremadamente garantista y peor aun cuando algunos funcionarios que administran esta ley como jueces, fiscales y demás se ensañan contra ellos con justificaciones que en lo visto durante mas de 20 años de servicio, no daba ni siquiera rabia sino risa….
Este policía es un ciudadano más, es una persona de carne y hueso que tiene sentimientos, que tiene familia que lo espera, esposa, hijos, hermanos y padres que los aman al igual que todos los jóvenes que se encuentran en este momento en protesta; este policía es una persona generalmente de estratos medio – bajo, nacidos en ciudades, muchos en pueblos, muchachos de campo y trabajadores que decidieron brindar un servicio a la comunidad y adoptar un estilo de vida diferente.
Estilo de vida que en ultimas y descontando todos los beneficios que se pueden llegar a tener, es un estilo de vida que pasa cuentas de cobro caras, vidas perdidas, lesiones permanentes, amputaciones, matrimonios arruinados, familias disgregadas, fechas especiales perdidas, turnos laborales demasiado pesados y lo peor de todo sin remuneraciones extras, pues se aduce que el salario de un policía es integral, pero si vamos al código sustantivo del trabajo, un salario integral está constituido por mínimo 10 SMMLV más 3 SMMLV de carga prestacional y la realidad es que el salario “integral” del policía no llega ni a la cuarta parte de lo que hoy cataloga la ley como salario integral.
Este estilo de vida, no hablemos del policía, sino del ciudadano que porta un uniforme, a través de la historia lo ha convertido en el enemigo de la guerrilla, de los narcotraficantes, de las bandas organizadas, de la delincuencia común, hasta de las personas a las que han tenido que separar en medio de una pelea y hoy en día de los vándalos que se camuflan dentro de protestantes legítimos que también están luchando por nuestros derechos, pues La protesta es justificada, y en este momento es necesaria, pero ¿Es necesario atacarnos entre nosotros? No hablemos de policías y civiles, hablemos de personas, ¿es necesario que nosotros estemos agarrados, matándonos y lesionándonos?
Tan diferente es la vida del policía que para no ir tan lejos en la historia, ¿qué paso con la pandemia?, toda la gente se resguardo en sus casas, a quienes tenían empleos les inventaron la figura de trabajo en casa, de tele trabajo y todo aquel que podía y tenia los medios se interno a fin de protegerse a si mismo y a sus seres queridos, pero al igual que al personal médico, el policía fue quien tuvo que continuar exponiéndose y exponiendo a sus seres queridos como si no estuviera pasando nada, es más…. ¿Qué policía ha sido vacunado en este momento cuando ya ha avanzado el plan de vacunación nacional? El policía sigue siendo el estigmatizado, el señalado, el incomprendido, el que no tiene derechos, ni voz ni voto, tanto así que estando a punto de finalizar la primera mitad del año y con todo lo que ha tenido que vivir, en este momento esta sin descanso y sin aumento salarial.
El problema no es el policía, el problema es la cultura del odio a la cual estamos acostumbrados a seguir, cultura que se ha visto desde la propagación del odio en contra de ateos o personas de otras creencias religiosas, odio a personas de otras razas o géneros supuestamente inferiores, odio a quienes hacen barras a un equipo de futbol diferente al suyo o al mío, odio al policía solamente por ser como lo catalogan UN TOMBO.
No es justo que se siga estigmatizando a las personas que portan un uniforme y peor aún, no es justo que algunos sectores políticos patrocinen esta violencia, esta guerra sin sentido, esta guerra que camuflan en medio de la protesta; pues aquí en el llano podemos dar testimonio que la protesta puede ser pacifica, que las marchas no necesitan de vándalos ni destrozos, que la protesta no requiere saqueos ni mucho menos dejar morir niños en ambulancias por no permitirles el paso hacia un centro médico especializado, aquí en el llano somos fiel muestra de que la protesta se puede hacer sin odios, sin muertes y sin lesionados; desgraciadamente en otras partes del país no lo ven así…
Por otro lado, ¿porque estamos hoy aquí?, porque lastimosamente el policía de abajo, la base de la institución, no tiene voz propia ni mucho menos tiene quien hable por el, porque para ellos la ley no les permite manifestar la protesta social, porque para muchos, ellos son uno más en el ajedrez de la vida. Porque lo vivimos cuando estábamos en la institución, hoy queremos hacerles sentir que no están solos, que hay gente que los respalda y que los apoya en todas las actuaciones que estén enmarcadas en los parámetros legales de nuestra nación, que hay gente que los quiere y que ruega por que sigan aplicando la ley en contra de todos los delincuentes, vándalos y criminales que rodean a la gente de bien y no lo decimos en calidad de ex policías sino en calidad de ciudadanos que somos en esta sociedad.
