Por José Gilberto Díaz P.
Evoco con orgullo una frase de mi señora madre q.e.p.d. “Con pañitos de agua tibia no se cura el mal” esto para aportar un poco en la búsqueda de una solución definitiva a la problemática que afronta nuestro amado país Colombia, con ocasión de los continuos paros y desmanes que a diario se presentan a lo largo y ancho del país.
Aunque no hay duda que al interior del tema hay, indudablemente características políticas y no son superficiales, son de hondo contenido; con ello no nos podemos escudar en la realidad que desde hace muchos años atrás se ha venido enquistando en el cuerpo del funcionamiento administrativo y político del estado, una gran pandemia, como lo es la despreciable corrupción. Se habla se dice, se escribe, que esta clase de desgracia que nos ataca desde hace varias décadas, es más grave y causa más mal que la Guerrilla, las narcorcoguerrillas, paramilitares, delincuencia común entre otros muchos males; esto no hay que solo reconocer sino complementarlo hay que atacar ese terrible mal y ello hay que hacerlo y es de raíz y YA.
Como se dice coloquialmente tumbar a Carrasquilla, a Molano, a Duque, a Marta Lucia, lograr que Uribe y Petro dejen de seguir incendiando con productos volátiles como es la bendita polarización, argumentando filosofías, con las cuales dicen tener la razón, solo se las creen quienes no piensan en un país, más justo, en el futuro de nuestras generaciones, que hoy movidos por supuestos adoctrinamientos de parte y parte, se peleen en las calles de ciudades pueblos, unos uniformados de Policías, Soldados, defendiendo un endeble estado social de derecho y otros uniformados de vándalos incitados por intereses politiqueros, tal vez obsoletos, con fuertes indicios de estar financiados con plata de narcotráfico, mientras los verdaderos responsables, están dirigiendo las acciones que solo están encaminadas en defender sus mezquinos interese, desde las mansiones, lujosos hoteles y lugares donde están protegidos por seguridad privada, estos si bien pagos, danto instrucciones y planeando como mejorar la posibilidad de asir para sus logros más bienestar, a despensas de quienes todos los días están expuestos, a enfrentamientos entre ellos mismos, tal vez con hambre, esperando que desde una tanqueta les socorran un poco de agua o alimento, y otros a despensas que desde un vehículo disfrazado de ambulancia, hagan lo mismo.
Qué tal si todos los colombianos tanto de una supuesta tendencia, como de la otra, hacemos un alto en estos momentos, y dejamos de ser seguidores o defensores de causas que en nada nos benefician, y convocamos entre todos una gran reforma estructural, al estado, llámese Concejos Municipales, Asambleas departamentales, Congreso, desde luego cámara y senado, todo el aparato judicial que hoy por hoy es un ente plagado de imprecisiones y de cuestionamientos que son públicos, tales como el cartel de la toga, escándalos en los tribunales entre otros muchos, esos entes de control Procuraduría, contraloría, que nunca terminan una investigación donde se den a conocer resultados concluyentes que estén encaminados a generar por lo menos un poquitín de confianza; Estos organismos están llenos e burocracia y fortín de políticos corruptos de los partidos, desde luego representantes senadores, que en el papel son los mismos que pueden estar inmersos en los grandes desfalcos y los malos manejos por parte de Alcaldes, Gobernadores, que dependen de un estado politiquero controlado sin lugar a dudas por los mismos. Los entes de control solo se refieren a hallazgos y más hallazgos pero de ahí no pasa absolutamente nada.
Esto a grandes rasgos un solución, desde luego habrá mucho que anexar, pero lejos de intereses politiqueros, llámense como se quieran llamar.
Para quienes no conocen o a lo mejor se nos olvidó el hecho trascendental con lo cual nos llevó a reformar una constitución que hoy por hoy es una colcha de retazos, amén de que fue acordada y conciliada entre miembros de la vieja política entre otros.
La Séptima papeleta.?
Voto Obligatorio.
Mayoría de edad desde los 16 años.
Feliz Puente si se puede decir.
