Tenemos la fe en Dios, en los buenos conservadores y llenos de amor, iremos a las urnas con sabor a triunfo en las próximas elecciones, dijo Jairo Caballero.
Estaba reunido con exponentes de la colectividad azul, de oro, no de la escoria, de los alimentados en la doctrina de Miguel Antonio Caro, de la reciedumbre de Alvaro Gómez Hurtado, de la labia de Jota Emilio Valderrama y buscado más adherentes que se sumen a las actividades que él viene desarrollando, y le ha permitido la visita a un buen número de municipios del Meta, sin dinero pero rogándole a los camioneros que lo lleven, a los motociclistas que los transporten, y en la ciudad hasta en bicicleta, pero lleno de amor por su partido.
Así llega y dialoga con sus copartidarios, a quienes les echa la carreta para reanimar al partido conservador y señalar que hay algunos judas en la colectividad, que han tenido el descaro de irse hasta el Vichada, por ejemplo, para hacerle campaña a quien ni siquiera se ha definido políticamente porque fue sacado de la agencia partidista a la que pertenecía y tildado de traidor por quien le diera el aval para llegar al Senado y después confabularse con otra corriente y estar pegado a los beneficios que otorga el privilegio de la lagartería.
Jairo Caballero dijo que son las bases del conservatismo la esencia, la vida, el nutriente del partido y avanza en su lucha, trabaja pese a haber sufrido dos infartos y estar en el ejército de los desocupados, pero orgullo so de su partido, anhelante de triunfo y en asocio del “Godo” Jorge Céspedes, que también está para operación de corazón abierto avanzar modestamente en labores propias de calentamiento para la campaña electoral que se avecina.
