Un equipo de peritos y de la Policía Judicial, liderados por un fiscal de la Unidad Especial de Investigación de la Fiscalía General de la Nación, se encargará de asumir las investigaciones relacionadas con la muerte del indígena Jesús Montano, cuyo cuerpo fue encontrado en avanzado de descomposición, en zona rural de la ciudad de Popayán, tras ser reportado como desaparecido desde el pasado domingo lunes de junio.
De momento, el cuerpo del líder indígena, perteneciente al pueblo misak, permanece en la sede de Medicina Legal, donde establecerán las causas de su descenso.
Mientras tanto, avanzan las indagaciones preliminares que buscan concluir el motivo por el que, en el momento de su desaparición, no estaba con el esquema de protección.
“Él tenía hace 2 años un esquema de la Unidad Nacional de Protección (UNP), compuesto por dos escoltas, un vehículo convencional y un chaleco. Ese esquema lo había dejado en su vivienda, antes de su desaparición y es por eso que estamos indagando para establecer las condiciones de tiempo, modo y lugar de los hechos”, manifestó el Coronel Jesús Enrique Quintero, comandante de la Policía Metropolitana en Popayán.
Recientemente, Montano había realizado denuncias relacionadas con los constreñimientos que la disidencia de las Farc ‘Carlos Patiño’ estaba realizando en algunas poblaciones del departamento del Cauca.
De igual forma, se conoció de denuncias que el líder indígena había realizado en el año 2019, afirmando que había nexos entre la Fuerza Pública y estructuras dedicadas al narcotráfico.
«Si me toca morir me muero con gallardía, pero la Fuerza Pública está al servicio del narcotráfico en el Cauca. Había un general que tenía vínculos con el narcotráfico y llega otro manchado por corrupción. Ellos reciben 12 millones de pesos mensuales por cada cristalizadero”, fueron las palabras en ese entonces de Montano, en medio de una reunión con presencia de integrantes de la Fuerza Pública y otros sectores.
