De acuerdo con el último informe entregado por la Defensa Civil del Meta, las fuertes lluvias registradas dejan a la fecha más de 5.000 familias afectadas, más de 100 familias damnificadas que fueron evacuadas, algunas a tres albergues temporales ubicados en la ciudad de Villavicencio.
Entre los sitios acondicionados para albergar a los afectados están el Coliseo La Grama, Colegio Atanasio Girardot y el Hotel La Herradura (en donde están resguardos 37 adultos mayores).
En cuanto a las afectaciones a los cultivos, se informó que más de 10.000 hectáreas de yuca, plátano, maíz, cacao y arroz están destruidas a causa de los desbordamientos de los ríos Ariari, Guape Güejar, Upía, Meta, El Guamal y Guatiquía.
Además, algunas aves de corral fueron arrastradas por la corriente del río Ariari así como cultivos de alevinos, cachamas y mojarras, más de 7.000, se perdieron.
“Estamos trabajando en aproximadamente en ocho de los 25 municipios que están en alerta en el Meta, para esto, en cada uno de ellos fue declarada la calamidad pública, vamos a convocar al Consejo Departamental de Gestión del Riesgo y declarar la calamidad pública en todo el departamento”, sostuvo Jorge Díaz Martínez, director de la Defensa Civil en el Meta.
Conforme a la solicitud de usuarios del aeropuerto Vanguardia de Villavicencio, se espera la resolución de la Aeronáutica Civil para habilitar nuevamente la pista que fue cerrada como consecuencia de la inundación del puerto aéreo. Al menos unos 29 vuelos programados fueron cancelados.
Por su parte, Hernando Martínez, director de la Unidad de Gestión del Riesgo del Meta, señaló que el nivel de los ríos y caños del departamento superaron los niveles del año anterior especialmente en el sur de la región.
“Hay varias carreteras terciarias afectadas, sectores con pasos obstaculizados por derrumbes, entre ellos el sector de Villahermosa (barrio el Mirador) y San Juan de Arama (vereda Miraflores)”, sostuvo Martínez.
La preocupación está en la cantidad de personas que están habitando las riberas de los ríos, ampliando durante el verano las cercas, y en invierno suceden estas emergencias.
“No tenemos capacidad logística ni la maquinaria necesaria para atender este invierno de la manera que nos está azotando”, puntualizó el director de Gestión del Riesgo.
