¡Atención Fir!, mujeres en el Ejército imparten disciplina militar con mística y honor.

 

Al Ejército Nacional son cada vez más las mujeres que ingresan a ejercer la carrera de las armas, engrandeciendo con su vocación la misión institucional. Desde su rol de mujer y militar, aportan con sabiduría y profesionalismo a la sociedad, sin perder su esencia, pero avanzando con firmeza en una profesión de grandes desafíos, escalando con vigor y compromiso el reto que asumieron, para ser parte de los ‘Miles de apellidos una sola familia’.

Cuatro de ellas, una santandereana, una tolimense, una caleña y una boyacense de la Cuarta División contaron su experiencia desde diferentes roles, coincidiendo en lo orgullosas que se sienten al pertenecer a una institución históricamente gloriosa, y al acierto de escoger su profesión como proyecto de vida. Abrieron su corazón y esto nos contó:

La cabo tercero Carolina Afanador Avendaño, santandereana de pura cepa, con tan sólo dos años en la institución, ingresó al Ejército Nacional en el año 2018 y ascendió en septiembre de 2020, con tan solo dos meses en el grado que ostenta, está estrenando su primera Unidad militar en el Batallón de Infantería Aerotransportado N.° 20 General Manuel Roergas Serviez Medina, de la Séptima Brigada, orgullosa de pertenecer al arma de Infantería, un sueño cumplido que abraza desde su infancia y que hoy es una bendición, gracias a Dios, a su familia y a la institución.

Es comandante de escuadra, tiene a su cargo 18 soldados regulares a quienes imparte entrenamiento militar con disciplina y ejemplo, asegura que su rol es un desafío y un honor a la vez, al que debe responder con mucha sabiduría porque en ella recae la responsabilidad de este grupo de jóvenes que le servirán a la patria. Apenas comienza su carrera militar, pero su mirada está puesta en el máximo peldaño y piensa conquistar palmo a palmo la cima, dejando a su paso la virtud y honor militar, siendo sargento mayor de comando, el máximo grado de la suboficialdad.

En su otro extremo, está la sargento segundo Mayiber Jovanna Bonilla Acosta ,nacida en la ciudad musical de Colombia, Ibagué, Tolima, tenía claro su destino, estudió en un colegio militar y cuenta con orgullo, que hace parte de la primera promoción de cabos terceros femeninas de la Institución ingresando al  Ejército Nacional en el año 2005, lleva 15 años y tres meses, actualmente se desempeña en la Central Administrativa y Contable Regional Villavicencio, CENAC, en el Meta;  ingresó como tecnóloga de sistemas y se profesionalizó en ingeniería de sistemas, lo que ha complementado su carrera militar, así mismo es paracaidista militar, aportando con sus competencias desde el arma logística, con especialidad en comunicaciones administrativas, como soporte a las Tics y en áreas como operaciones, personal,  facturación, almacenes, casino, en diferentes zonas del país.

Considera que la Fuerza ha colmado todas sus expectativas, no sólo con su realización personal, sino que le ha brindado la oportunidad de acceder a una formación integral ejemplar, desde la perspectiva militar y humana para servir a la patria.

En el grado de los oficiales femeninas,  se encuentra la subteniente Karen Hernández Zapata, del Batallón de Ingenieros Carlos Albán N.° 7, es profesional en Ciencias Militares y Administración Logística, admira la valentía y coraje del soldado colombiano, recuerda que, desde el televisor de su casa, en su tierra natal, en Cali, en el Valle del Cauca, cuando aún era muy pequeña, se soñaba siendo uno de ellos.

Actualmente es subteniente y está en el cuarto año del grado, tiene al mando tropa y además ejerce como oficial de Acción integral, que combina con deporte de alto rendimiento en tiro deportivo, participando en eventos nacionales e internacionales con el deseo siempre de dejar en alto el nombre de la Institución. Se ha desempeñado como comandante de compañía, pelotón y de base, contribuyendo al logro de resultados operacionales, su aspiración es ser la primera mujer en comandar un batallón de su arma, sigue soñando con llegar muy lejos en este destino, para lograrlo se esfuerza cada día más y optimiza las oportunidades que le da la vida y la Fuerza para ser mejor persona y mujer militar.

En ese mismo gremio, la más antigua es la mayor Andrea Yadira Fonseca Bernal, es oficial, psicóloga, especialista en Gestión Humana y en Sociología Militar, del Estado Mayor de la Séptima Brigada, con 16 años al servicio de la Institución, ha recorrido un trayecto militar ascendente, que le ha dado la oportunidad de crecer a nivel personal y profesional, su historia de vida tenía marcado la vocación al servicio,  inicialmente iba a ser religiosa, pero con los años decidió cambiar su rumbo por la vida militar, la que le ha dado grandes satisfacciones y retos que ha logrado alcanzar a punta de esfuerzo y perseverancia.

Tiene cursos en paracaidismo, avanzado de combate y se ha desempeñado como psicóloga militar en diferentes unidades del país, entre ellas, la de comandos especiales, actualmente está siendo evaluada para realizar curso de ascenso a teniente coronel,  afirma: «Combinar el rol de madre, esposa y militar requiere de mucha vocación y sacrificio». 

                                                                                                                     

Todas coinciden que hacen parte del Ejército por vocación y amor a su patria, que su vida gira alrededor de una Institución que le ha dado todo: formación y oportunidades para desempeñar con honor y gallardía su profesión en pro de los colombianos. Entregando con pasión y grandeza lo mejor para alcanzar la meta que cada una de ellas soñó y contribuir de esta manera a la transformación de su país

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